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He tenido cuatro sentimientos en mano
queriendo cada uno, tomar lo que no es suyo
gritando en centenas, lo que del mundo anhelo
pero sabiendo lo hiriente que es el terreno
mejor me agacho y deserto.
Aunque habiendo esperado
a que del suelo no saliera
ni un tallo de cedro
desperdiciaría no sólo tiempo
si no vida;
queriendo ignorar sin estima.
Pero cansado del mal trecho
de los bochinches de los senderos
quemando los pies de los viajeros;
¿qué más podría hacer yo,
el cobarde de los caminos?
Si teniendo cuatro fuegos
me siento y sólo espero
a que con el pasar del sol
se agoten los latidos del corazón.
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