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Atentado

¿Qué hay de malo atentar

contra el soplo propio?

Si no es más que un esfuerzo

innecesario que nadie pidió.

 

Arrastrado a la luz

atado a las rocas

viendo comer los panes

sin sorber las migas.

 

No hay futuro en las orillas

menos en el precipicio.

 

¿Qué hay de malo atentar

contra el soplo propio?

Si no es más que un esfuerzo

innecesario que nadie pidió.

 

He querido correr hasta la meta

pero lo vacío de mi bolsa

la tierra impregnada en mi cabellera

y llena las manos de piedras;

no saldan la oportunidad

no dejan correr

no dejan alcanzar.

 

¡De qué sirven los dones!

¡De qué los deseos!

Si a sorbos de agua estamos

si con aires nos llenamos.

 

¿Qué hay de malo atentar

contra el soplo propio?

Si no es más que un esfuerzo

innecesario que nadie pidió.

 

Porque si he de expirar

que se a mano propia

y no de la bofetada

que deja el hambre

que deja el desespero.

©2025 by Olivo.

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