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No había muro
entre la razón y la violencia,
se mezclaba en la misma bandeja;
se servía en el mismo plato.
No había hoja
para escribir otros párrafos,
la tinta se destilaba en los vasos.
Tampoco había letras
ni ideas entre las manos.
No había corazones
con sentimientos puros
ni besos sinceros
ni arboles verdes.
No había verdad
el pueblo gritaba
y manchaba la bandera,
con los pies de una andada.
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